sábado, 3 de marzo de 2012

But my knees were far to weak

También se iba, y ni siquiera se sorprendió, no era una novedad que alguien más se fuera de su lado… Lo que si pasó es que se dio cuenta de que había perdido toda la sensibilidad que le caracterizaba hace un año. Sintió asco de sí mismo al saber que quizás su destino era el que él previó: Una vida completamente solitaria, siendo caminante de paso en las vidas que se cruzaran en su camino. Apareciendo en el momento justo para significar algo puntual en la vida de alguien, pero nada más; no estaba hecho para instalarse por completo en la vida de nadie.
Tenía las ganas irrefrenables de romper con todo. Se había esforzado por instalarse allí y ahora que la gente con la que contaba se iban yendo dejándole solo, solo pensaba en que le abandonara la última persona que podía dejarle tirado: él mismo.
Quería irse lejos, empezar de cero, sin estudios, sin familia, sin amigos y sobretodo sin amores poco duraderos que tan solo le daban dolores de cabeza.  Necesitaba darle un sentido a su vida y sabía que el camino que había tomado hasta entonces no le aportaba nada.

Así continuó toda la noche, a las dos de la madrugada sin poder pegar ojo lamentándose de a saber qué, ni él lo sabía. Solo sentía traición, ni sus amigos le hacían sentir seguro; desconfiaba de todo y de todos. ¿Qué culpa tenían ellos? Solo querían hacer sus vidas, tomar su propio camino. Nada es eterno para alguien tan joven, le esperaban infinidad de cambios aun pero él se sentía así, desolado y confuso por que se daba cuenta de que la bombillita del destino se les iba encendiendo a los que estaban a su alrededor y la de él era de bajo consumo y tardaba o directamente estaba fundida.

Una vez mas se había quedado solo y aunque después de dos semanas se volvió a acostar con el último que soterró su esperanza bajo 15 meses de escombros, al acabar no sintió nada. Ni la mínima satisfacción que un polvo otorga.
Al final acabará como el penúltimo que pasó por su vida. Aquel a quien no se le nacían los sentimientos y que estaba muerto por el dolor que le causaron en el pasado. El mismo que desapareció cuando aquel chico indefenso llegó a aquella ciudad perversa.